Claudia López, exalcaldesa de Bogotá, oficializó este martes su intención de llegar a la Casa de Nariño con la inscripción de su comité para la recolección de firmas. En una movida más simbólica que masiva, llegó en bicicleta desde el Parque de Los Hippies hasta la sede de la Registraduría, flanqueada por un pequeño grupo de seguidores y asesores.
Con un discurso cargado de críticas al gobierno actual y promesas de cambio, López lanza su candidatura con la bandera de la unión nacional, aunque su paso por la Alcaldía dejó sensaciones mixtas entre los ciudadanos y analistas. “No nos vamos a quedar entre el miedo y la decepción del cambio que pudo haber sido y que desafortunadamente no fue”, dijo, en alusión directa al gobierno de Gustavo Petro, del cual fue inicialmente aliada en causas comunes como la defensa de la paz.
Sin embargo, las palabras de la exalcaldesa parecen ignorar que su propia administración fue también objeto de fuertes cuestionamientos, desde la gestión de la pandemia hasta decisiones polémicas en movilidad, seguridad y convivencia ciudadana. Ahora, López se presenta como una figura capaz de “unirnos como ciudadanos por encima de partidos y diferencias”, a pesar de haber protagonizado agudas disputas con sectores políticos y sociales durante su mandato.
En su intervención, denunció el estado actual del sistema de salud «vemos con dolor filas de gente que se muere porque no le dan a tiempo un tratamiento», dijo, omitiendo que muchos de los problemas estructurales del sistema se agudizaron durante su administración local sin respuestas contundentes. Su promesa de «recuperar la seguridad» también contrasta con las cifras y percepciones ciudadanas de aumento en delitos durante su gestión.
La exalcaldesa asegura que en 2026 comenzará “un nuevo Gobierno que derrote la corrupción y saque a Colombia adelante”, pero no detalló estrategias claras ni alianzas políticas posibles. Tampoco aclaró cómo pretende construir una base nacional sólida partiendo desde una figura que ha sido polarizante y cuya favorabilidad ha oscilado intensamente en las encuestas.
Junto a López, también inscribieron sus comités de firmas otros aspirantes como los exministros David Luna y Mauricio Lizcano, el exmagistrado Jaime Araujo y Leonardo Huerta. La contienda presidencial comienza a tomar forma, pero las primeras jugadas más performativas que programáticas siguen dejando interrogantes sobre la verdadera renovación política que el país reclama.
¿Será Claudia López el rostro de ese nuevo comienzo, o simplemente una reciclada apuesta de la política tradicional con maquillaje ciudadano?

