En una jornada marcada por el debate y la polarización política, el Senado de la República le dio la espalda a la Consulta Popular impulsada por el presidente Gustavo Petro, con la que buscaba definir el rumbo de la reforma laboral tras su archivo en el Congreso.
Con una votación cerrada de 49 votos en contra y 47 a favor, la iniciativa fue rechazada, representando un duro revés para el Gobierno Nacional. Pese a haber logrado el respaldo de algunos sectores inesperados y apoyos parciales de partidos como el de la U, el Ejecutivo no alcanzó la mayoría necesaria para avanzar con el mecanismo de participación ciudadana.
Durante la discusión, se evidenció una fuerte división entre las bancadas, reflejo del ambiente político actual y del desgaste que ha enfrentado el Gobierno frente a sus principales reformas estructurales. La propuesta de someter la reforma laboral a la decisión popular fue interpretada por sectores opositores como un intento de eludir el debate legislativo, mientras que desde el oficialismo se defendió como una herramienta democrática para salvaguardar los derechos de los trabajadores.
Con esta decisión, el futuro de la reforma laboral queda en incertidumbre, mientras el presidente Petro evalúa los próximos pasos para mantener viva su agenda social en medio de crecientes tensiones políticas.

