Durante la última etapa del Giro de Italia 2025, el ciclista colombiano Nairo Quintana protagonizó un inusual momento que ha despertado opiniones divididas en el mundo del deporte: se desvió momentáneamente del recorrido para saludar al recién elegido Papa León XIV.
El hecho ocurrió en el inicio de la etapa final, cuando el pelotón pasaba por las inmediaciones del Vaticano. Quintana, conocido por su profunda fe católica, se acercó al sumo pontífice para estrechar su mano y recibir su bendición, en lo que describió luego como “uno de los momentos más emotivos de mi vida”.
Aunque el gesto fue aplaudido por algunos sectores como un acto de fe y humildad, los organizadores del Giro de Italia analizan posibles sanciones al ciclista por haber infringido el reglamento. Según las normas de la Unión Ciclista Internacional (UCI), desobedecer las instrucciones de los comisarios o salirse del recorrido oficial puede acarrear multas que oscilan entre los 100 y los 500 francos suizos (aproximadamente entre 500.000 y 2.500.000 pesos colombianos).
Hasta el momento, ni la UCI ni la organización del Giro han emitido un pronunciamiento oficial sobre la sanción que podría recibir Quintana.
Pese a la controversia, el corredor boyacense mantiene su calendario de competencias. Tiene previsto correr el Tour de Suiza del 15 al 22 de junio, y más adelante participar en la Vuelta a España, carrera en la que se coronó campeón en 2016.
El gesto de Nairo ha abierto un debate sobre los límites entre el profesionalismo deportivo y las expresiones personales de fe, en un deporte que pocas veces ve actos como este en plena competencia.

