El precandidato presidencial Abelardo de la Espriella volvió a estar en el centro de la controversia tras unas declaraciones, en las que criticó duramente a las comunidades indígenas y sus reclamos históricos frente al Estado colombiano.
De la Espriella, quien se presenta como un fuerte opositor a la izquierda progresista que representa el actual presidente Gustavo Petro, aseguró que los pueblos indígenas son propietarios del 33 % de la tierra en Colombia sin precisar la fuente de esa cifra y que, a pesar de ello, “siguen exigiendo más”. Según él, existe “una deuda ancestral que, a juicio de ellos, no hay cómo pagar”.
El precandidato afirmó que, en caso de resultar electo, aplicará un nuevo enfoque hacia las demandas territoriales de los pueblos originarios, basado en el control estricto de sus reclamos. “Conmigo se organizan y se vuelven ciudadanos de verdad o van a saber también lo duro que muerde el tigre”, advirtió.
Además, calificó las movilizaciones indígenas como “actos de extorsión” y señaló que bajo su gobierno no se permitirán bloqueos viales, desmanes ni caos en el marco de las protestas. “Yo ese desorden de los indígenas y esa extorsión constante y esa presión no la voy a permitir”, afirmó, aunque aclaró que reconoce el derecho a la manifestación bajo lo que considera “límites estrictos”.
En un mensaje directo a las comunidades, De la Espriella lanzó otra advertencia: “Los indígenas deberían pensar que una cosa es meterse a bloquear la carretera sin el tigre y otra con el tigre en el poder, porque yo soy de los tigres que rugen y que muerden”.
Las declaraciones del aspirante presidencial ya han comenzado a generar reacciones en distintos sectores sociales y políticos, que cuestionan el tono y el contenido de sus afirmaciones.

