El hallazgo de un cadáver en el río Frío de Cajicá (Cundinamarca) encendió las alarmas en medio de la angustiosa búsqueda de la niña Valeria Afanador, de 10 años, desaparecida desde el pasado 12 de agosto. Sin embargo, tras las verificaciones correspondientes, las autoridades confirmaron que el cuerpo no corresponde a la menor, sino a Javier Mauricio García Pineda, un joven de 24 años que llevaba más de dos meses desaparecido.
La Fiscalía precisó que García Pineda, trabajador del Outlet de la sede de Imusa en el municipio, fue visto por última vez el 10 de junio, al terminar su jornada laboral. Desde esa fecha no se tuvo rastro suyo. Su cadáver, que habría sido desmembrado, fue identificado por un familiar en Medicina Legal.
El descubrimiento de los restos dos piernas y dos brazos dentro de bolsas plásticas halladas en el sector conocido como El Molino se produjo durante los operativos de búsqueda de Valeria Afanador, lo que generó confusión inicial en la comunidad. Finalmente, se concluyó que pertenecían a un adulto, cerrando así la investigación por la desaparición del joven.
Mientras tanto, continúa la incertidumbre por el paradero de Valeria, estudiante del Gimnasio Campestre Los Laureles y diagnosticada con síndrome de Down.
El abogado de la familia, Julián Quintana, aseguró que el colegio tiene responsabilidad directa en el caso al ser garante de la seguridad de la menor. Además, denunció posibles alteraciones en la zona de los hechos: “En la vereda Río Frío, donde se presume que Valeria pudo haber salido, se reemplazaron rejas y se realizaron modificaciones con tierra y escombros”, afirmó.
La familia de la niña también ha señalado presuntas irregularidades en el manejo de la investigación por parte de la institución educativa, pese a que en un inicio había defendido su actuación.
La comunidad de Cajicá sigue a la espera de respuestas, mientras el país mantiene la atención puesta en la desaparición de Valeria Afanador.

