Una fiesta a todo volumen o un parlante encendido hasta altas horas de la noche podría salirle más costoso de lo que imagina. Con la entrada en vigencia de la Ley 2450 de 2025, conocida como la Ley Antirruido, quienes alteren la tranquilidad pública con sonidos que sobrepasen los límites permitidos podrían enfrentarse a multas de más de $22 millones.
Esta norma complementa el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana (Ley 1801 de 2016) y la Ley de Propiedad Horizontal (Ley 675 de 2001), con el propósito de garantizar el derecho al descanso, la salud y la sana convivencia. Lo que antes se resolvía con una simple queja entre vecinos, ahora puede convertirse en un serio problema legal y económico.
De acuerdo con expertos en derecho urbano, la ley no busca castigar por castigar, sino fomentar el respeto mutuo entre ciudadanos. “La libertad individual termina donde comienza la tranquilidad del otro”, recalcan.
El ruido se ha convertido en una de las principales causas de conflicto en conjuntos residenciales y zonas comerciales. Por eso, la nueva ley establece cuatro niveles de sanción dependiendo de la gravedad de la falta:
- Tipo 1: hasta 2 salarios mínimos (aprox. $2,8 millones).
- Tipo 2: 4 salarios mínimos ($5,6 millones).
- Tipo 3: 8 salarios mínimos ($11,8 millones).
- Tipo 4: 16 salarios mínimos ($22,7 millones).
En casos de reincidencia o desacato, las multas pueden aumentar considerablemente. Además, la Policía está autorizada para decomisar equipos de sonido y adelantar procesos de cobro coactivo si el infractor no paga. En propiedades horizontales, la administración también podrá imponer sanciones internas adicionales.
Más allá del ruido molesto, las autoridades recuerdan que el exceso de sonido afecta la salud. La exposición prolongada a niveles superiores a 85 decibelios puede provocar estrés, alteraciones del sueño, pérdida auditiva y hasta problemas cardiovasculares.
Por eso, la ley adopta los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda no superar los 55 decibelios en el día y 45 en la noche. El objetivo no es acabar con la vida social, sino encontrar un equilibrio entre el disfrute personal y el respeto colectivo.
La Ley Antirruido ya comenzó a aplicarse en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, donde las autoridades adelantan operativos nocturnos e inspecciones en zonas residenciales y comerciales. Esta norma se proyecta como una herramienta clave para reducir conflictos vecinales y proteger el bienestar ciudadano.
¿Y usted, ya revisó qué tan alto tiene el volumen?

