El Departamento de Estado de Estados Unidos lanzó una fuerte advertencia al Gobierno de Gustavo Petro al degradar a Colombia de la categoría Tier 1 a Tier 2 en su informe anual sobre la trata de personas. Esta decisión representa un llamado de atención sobre los retrocesos que el país ha mostrado en la lucha contra este delito, pese a los esfuerzos realizados.
Colombia no recibía una calificación tan baja desde 2014, durante el gobierno de Barack Obama. Según el reporte, el país «no cumple con los estándares mínimos para la eliminación de la trata de personas», aunque reconoce que ha habido intentos por combatirla. Sin embargo, estos son considerados insuficientes, inconsistentes y menos efectivos que en años anteriores.
El informe resalta que la respuesta oficial se quedó corta, especialmente en la atención a las víctimas, y que se necesita una estrategia de prevención mucho más robusta. Aunque se han adelantado campañas de concienciación, el Departamento de Estado considera que no es suficiente con la divulgación pública, y que se requiere una acción más profunda para cerrar las brechas de conocimiento e intervención.
“Aunque la comprensión sobre la trata de personas ha avanzado, todavía se requiere más trabajo para abordar la falta general de conocimiento sobre este delito y las ideas equivocadas que persisten acerca de lo que constituye o no la trata”, señala el documento.
Uno de los puntos centrales del reporte es la confusión que persiste entre la trata de personas y otros delitos como el tráfico de migrantes o prácticas de explotación laboral. El documento explica que la trata puede darse incluso si la víctima inicialmente consintió en prestar un servicio o trabajo.
“Un traficante puede seleccionar a una víctima después de que ésta busque o solicite un empleo. Incluso si la víctima se ofreció voluntariamente, si el trabajo deja de ser voluntario, se considera trabajo forzado”, aclara el reporte. De igual forma, el consentimiento inicial en actos sexuales comerciales no exime de responsabilidad a los perpetradores, si posteriormente se ejerce coerción, fraude o violencia.
Esta degradación plantea un reto significativo para el Gobierno colombiano, que ahora deberá redoblar esfuerzos para volver a la categoría Tier 1, donde se ubican los países que cumplen con los estándares internacionales en la lucha contra la trata de personas.
Estados Unidos, que históricamente ha sido un aliado estratégico en este tema, espera acciones más efectivas, sostenidas y centradas en las víctimas, así como un mayor compromiso institucional para prevenir, perseguir y sancionar este delito.

