La decisión del intendente Gustavo Penayo ‘alcalde’ de prohibir toda celebración de Halloween en el municipio de Caapucú ha generado una fuerte polémica en vísperas del 31 de octubre. El decreto municipal prohíbe expresamente “toda clase de fiestas, eventos o actividades públicas o privadas alusivas o conmemorativas a Halloween”, por considerar que esta festividad “promueve símbolos vinculados con la muerte y la superstición” y atenta contra las tradiciones cristianas.
El documento, firmado por el jefe comunal, señala además que la medida busca proteger la formación moral y religiosa de la niñez y la juventud, e invita a las instituciones educativas, religiosas y culturales a promover en su lugar el Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y el Día de los Fieles Difuntos (2 de noviembre), fechas tradicionales del calendario cristiano.
La resolución sorprendió a padres, niños y miembros de la comunidad, y ha sido blanco de duras críticas por parte de juristas y defensores de los derechos ciudadanos, quienes sostienen que se trata de una medida inconstitucional.
El intendente Penayo ordenó que la Policía Municipal, en conjunto con la Comisaría local, vigile las calles los días 30 y 31 de octubre para garantizar el cumplimiento de la ordenanza. Incluso fue más allá al declarar públicamente que, si las fuerzas del orden no actúan, él mismo saldrá a las calles “con cachiporra en mano” acompañado de un grupo de cristianos para impedir cualquier festejo relacionado con Halloween.
Estas declaraciones encendieron aún más el debate y provocaron rechazo en diversos sectores sociales, que consideran la postura del alcalde como una muestra de autoritarismo y una amenaza a los derechos constitucionales.
Una de las críticas más contundentes vino de la abogada y activista Alejandra Peralta Merlo, quien calificó la medida como “un acto administrativo arbitrario e inconstitucional”. En declaraciones a la prensa, recordó que ninguna autoridad municipal puede pasar por encima de lo establecido en la Constitución Nacional.
“La Constitución paraguaya garantiza la libertad de expresión y la libertad de culto. Si se prohíbe Halloween, mañana se podría prohibir Navidad, carnaval o cualquier otra expresión cultural o religiosa con el mismo argumento”, sostuvo.
Peralta también alertó sobre el precedente que puede sentar este tipo de decisiones, comparándolo con casos previos, como la prohibición de una marcha del colectivo LGBT en Hernandarias. “Este tipo de medidas generan confrontación y socavan el respeto a la diversidad cultural y religiosa en nuestro país”, afirmó.
Caapucú, una localidad de cerca de 6.000 habitantes, se caracteriza por sus tradiciones conservadoras y su fuerte identidad religiosa. El intendente Penayo defendió su resolución asegurando que responde a los valores de la comunidad. Sin embargo, la medida ha desatado un amplio debate nacional sobre los límites del poder municipal, el respeto a las libertades individuales y el papel de las autoridades en la regulación de las expresiones culturales.
Por ahora, la celebración de Halloween queda oficialmente vetada en este municipio paraguayo, mientras la controversia continúa creciendo.

